Judíos y musulmanes aborrecen el cerdo y lo consideran un animal impuro.
Maimónides consideraba que los judíos y musulmanes no comían cerdo como medida de la salud pública, mientras que Malvin Harris consideraba que el Corán prohibió su cría por que era una amenaza para la integridad de los ecosistemas naturales y culturales.
Antes los pastores eran nómadas que vivían en rebaños de cabras, ovejas y vacas. La prohibición es una estrategia ecológica acertada, pues la cría de cerdos en hábitats áridos es una amenaza.
El cerdo es un competidos alimenticio con el hombre, es difícil desplazarlo en grandes distancias y está poco adaptado termodinámicamente pues su sistema de regulación de la temperatura corporal es ineficaz.
Actualmente la función de la prohibición del cerdo es distinguirse del resto de la humanidad.
En Oriente Medio, la carne de cerdo se considera un artículo de lujo. Y cuanto mayor es la tentación, mayor es la necesidad de una prohibición divina, pues si una cría a pequeña escala era una tentación, a gran escala, era imposible.
Por último se rechaza la afirmación que sostiene que las prácticas alimenticias asociadas por la religión tienen explicaciones ecológicas.
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